Cada elemento de esta residencia ha sido cuidadosamente concebido para mejorar tanto el bienestar como la facilidad de vivir. En su corazón se encuentra un equilibrio perfecto entre comodidad y discreción, donde cada servicio ha sido elegido no por la extravagancia, sino por la forma en que sin esfuerzo se complementa con la elegancia natural de la casa.
La tranquila piscina exterior y las terrazas que la rodean invitan a pasar tranquilas tardes bajo el sol mediterráneo, enmarcadas por un fragante paisaje y vistas ininterrumpidas de las colinas de Benahavís. Tanto si se disfruta como refugio privado o como telón de fondo para un entretenimiento refinado, este espacio encierra la esencia misma de la vida serena.
En el interior, las amplias zonas sociales fluyen de forma natural hacia zonas dedicadas al descanso y el rejuvenecimiento. El amplio espacio de almacenamiento, el aparcamiento privado y los sistemas ecológicos, como el aislamiento pasivo y la eficiencia energética, garantizan que la casa sea tan práctica como bella.
Situada dentro de las puertas de seguridad de El Madroñal, la villa ofrece a sus residentes acceso a una comunidad discreta y vigilada las 24 horas del día, lo que proporciona no sólo comodidad, sino también tranquilidad.